Hoy he abierto los ojos y ya estaba volando por la ciudad, es un fiasco ser tan ligera, tampoco es agradable ser invisible a la mayoría de los seres vivos, pero aquí estoy, siendo una mera mota de polvo.
Muchas veces me quedo pensando cuando paso frente a un charco, cuando llueve o cuando, simplemente, me quedo parada en las hojas de un árbol: '¿Ya está? ¿Aquí voy a acabar?' No me atrae la idea de pasar la eternidad disuelta en el agua o quieta en cualquier objeto; tengo mis sentimientos, quiero conocer el mundo en el que vivo, incluso he subido tan alto que he llegado a ver las estrellas con claridad y ese tipo de sensaciones no las cambiaría por nada. El viento es un gran compañero de viajes, antes o después me ayuda a impulsarme más alto y sentir que soy algo en este sitio, me ayuda a ver que no molesto, que no soy simple basura. Yo tengo mi lugar en el mundo y por algo estoy aquí.
Victoria Cejas Benjumea, 4º A
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